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  • Writer's pictureMónica

centrar la educación en el individuo

Updated: Jul 24, 2018

Artículo que me publicaron en ined21.com. Una plataforma genial dedicada a artículos sobre pedagogía, psicología, tecnología entre otros.


Nace un ser humano con sus propios

talentos, intereses y necesidades que se

forma como persona en un entorno.

Información genética de la

madre y el padre1.


PARTÍCIPES DE SU PROPIO APRENDIZAJE

El dibujo de una flor representa el crecimiento orgánico del individuo, centrado en la misma persona, en la vitalidad del “suelo” (dispone de una buena tierra para poder crecer bien) y en la calidad del “entorno” (escuela, familia y entorno social y cultural). Si todo esto funciona en harmonía, el resultado es un fruto repleto de vitaminas, preparado para dar lo mejor de sí.


Esta flor se marchita cuando uno de los componentes falla y no proporciona lo que el individuo necesita. Tratándose de la escuela, una de las hojas se empieza a marchitar cuando en ésta no se trata a los niños como a los individuos que son.


Cuando sus cualidades NO se reconocen NI se cultivan.


La flor se inicia como semilla en espera de las condiciones adecuadas para germinar. Nuestros alumnos están a la espera de actividades que los hagan crecer como individuos en el mundo en el que viven. Necesitan nutrirse de un entorno que los haga reaccionar y sentirse partícipes de su propio aprendizaje.


Como dice Richard Gerver:

“Nuestros hijos son algo orgánicos, no son máquinas. La productividad no se incrementa porque hagamos que la cadena de producción funcione con mayor rapidez ni porque establezcamos objetivos de producción más altos”.


Nosotros como docentes tenemos la obligación de no quedarnos en la zona de confort y pasar a la acción. Tenemos que crear en el aula situaciones en las que nuestros alumnos aprendan por medio de la experimentación, el juego… utilizando metodologías que desarrollen creatividad y curiosidad. Tenemos que encontrar lo que hace reaccionar a nuestros alumnos, maneras que emanen interés y entusiasmo. Solo así será la manera que ellos mismos vean el sentido que tiene aprender para la vida de hoy y del futuro.


Ya lo decía el reconocido filósofo griego, fundador de la lógica, Aristóteles:

“Lo que tenemos que aprender, lo aprendemos haciendo” o “Los métodos de aprendizaje más eficaces requieren mayor actividad por parte del aprendiz”.


Los niños que se inician en la etapa infantil, llegan a la escuela con unas ganas, unas ansias de aprender, de saber, de experimentar enormes. Todo va bien mientras el entorno de aprendizaje promueve y fortalece el desarrollo de competencias sociales y cognitivas en los niños, libres de asignaturas y horarios en unambiente distendido.


Pero, ¿qué pasa cuando entran en la etapa de Educación Primaria? Que el modelo de aprendizaje que habían llevado a cabo en infantil cambia radicalmente a un modelo totalmente parcelado por asignaturas y horarios. Así llega a ser todo muy predecible y poco mágico.


DESCONTEXTUALIZAR EL APRENDIZAJE

Si enseñamos por medio de asignaturas, parcelas aisladas unas de otras unidas por un horario y unos cuadernos de ejercicio, lo que estamos haciendo es descontextualizar el aprendizaje.


Fijémonos en estas dos palabras: construir e instruir. Cómo se parecen al leerlas, pero qué diferente significado tienen. Instruir es ‘comunicar conocimientos, ideas o experiencias a una persona que no las tiene con la intención de que las aprenda’ y, añadiré más, ‘se asegura de que lo ha asimilado mediante un examen’. Construir significa ‘fabricar una obra material o no, mediante razonamientos lógicos para que sea la misma persona la que saque sus conclusiones y llegue a su propio conocimiento’. No hace falta asegurarse de que lo ha asimilado mediante exámenes, ya lo vemos los adultos, o el mismo niño, si es competente en el tema en cuestión.


…muy predecible y poco mágico.


Maestros y maestras, profesores y profesoras, tenemos que facilitar a nuestros alumnos una vida escolar repleta de retos donde ellos sean los principales partícipes, sean ellos los que hagan, los que construyan su propio aprendizaje. ¿No queremos gente competente, con sentido crítico, libres de pensamiento? Pues, dejemos hacer a nuestros alumnos, dejemos que se equivoquen, que experimenten, que busquen más de una solución y preocupémonos más de ayudarlos a construir y no tanto de instruir.


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